Al, si no he escrito en todo este tiempo no es porque no quisiera. Y, la verdad, no creo ser demasiado barata, pero eso no tengo que decirlo yo. La verdad es que he estado recuperándome de...
El horror.
El horror.
El horror de llama "La carretera (The Road)” y es un libro escrito por Cormac McCarthy (editada por Mondadori. Barcelona, 2007. 18'90 euros. 210 págs. Traducción: Luis Murillo Fort). Es el libro que ganó el Premio Pulitzer 2007.
Reconozco que jamás me hubiera acercado a ello de haber dependido de mí, pero un regalo es un regalo, y yo siempre leo los libros que me regalan. Además, hay mucho papanatas que paga muy bien al que dar conversación.
La verdad es que hace mucho tiempo que me he curado en salud con esto de los premios literarios. Pero, ¿quién podía esperar algo así?
No me importa la validez de la obra anterior de McCarthy (que reconozco no conocer en profundidad), aquí sólo hablo de "La carretera (The Road)”. No me extraña que el bueno de Cormac no se deje ver mucho por ahí. Porque hay que tenerlos cuadrados, la verdad. Cúbicos, diría yo.
La carretera es la historia de un padre y un hijo que viajan por una tierra devastada por algún tipo de holocausto (el tío que redactó la solapa piensa que es una guerra nuclear, pero no se nos dice nada en ningún momento), empujando un carrito lleno con las cosas que van mangando por ahí. Por alguna razón, los animales no han logrado sobrevivir a tal catástrofe, mientras los humanos sí. Así que muchos de nuestros congéneres parecen haberse dado al canibalismo, el tráfico de esclavos y quién sabe que otras cosas perversiones culinarias. Pero no se hagan ilusiones. No hay apenas diálogos, ni por ende interacción con otros personajes. Vienes de la nada y acaban en la nada, si es que se puede decir que acaban, que esa es otra. Porque no acaba.
Si ustedes leen otras críticas, verán que se dice que es una gran obra literia, profunda y todo eso. No hagan caso. El emperador está desnudo.
Que yo de eso sé un rato.
Ah, el inexplicable horror
Reconozco que jamás me hubiera acercado a ello de haber dependido de mí, pero un regalo es un regalo, y yo siempre leo los libros que me regalan. Además, hay mucho papanatas que paga muy bien al que dar conversación.
La verdad es que hace mucho tiempo que me he curado en salud con esto de los premios literarios. Pero, ¿quién podía esperar algo así?
No me importa la validez de la obra anterior de McCarthy (que reconozco no conocer en profundidad), aquí sólo hablo de "La carretera (The Road)”. No me extraña que el bueno de Cormac no se deje ver mucho por ahí. Porque hay que tenerlos cuadrados, la verdad. Cúbicos, diría yo.
La carretera es la historia de un padre y un hijo que viajan por una tierra devastada por algún tipo de holocausto (el tío que redactó la solapa piensa que es una guerra nuclear, pero no se nos dice nada en ningún momento), empujando un carrito lleno con las cosas que van mangando por ahí. Por alguna razón, los animales no han logrado sobrevivir a tal catástrofe, mientras los humanos sí. Así que muchos de nuestros congéneres parecen haberse dado al canibalismo, el tráfico de esclavos y quién sabe que otras cosas perversiones culinarias. Pero no se hagan ilusiones. No hay apenas diálogos, ni por ende interacción con otros personajes. Vienes de la nada y acaban en la nada, si es que se puede decir que acaban, que esa es otra. Porque no acaba.
Si ustedes leen otras críticas, verán que se dice que es una gran obra literia, profunda y todo eso. No hagan caso. El emperador está desnudo.
Que yo de eso sé un rato.
Ah, el inexplicable horror